Un largo recorrido


                                     
 

Contemplas cómo pasa el tiempo y ves que tu madre sigue en su cama, como un autentico bebé y te preguntas en que época de su vida se ha instalado...pero lo vas a saber.
Ella a lo largo de su vida te hablaba de su niñez, de sus amigos , de sus vivencias, además conocías sus sentimientos y hasta sus más íntimos pensamientos.
Tu memoria se agudiza a medida que la de ella se ha perdido para siempre.

                  
Un día de buenas a primeras te llama, pero apenas si reconoces su voz, y te dice: "Mamá, mamá"  y te das cuenta que has pasado de ser su hija a ser su madre. 
La primera vez que escuche ese mamá, algo muy grande se desgarro dentro de mi corazón. Acudí rápido y me puse de rodillas al lado de su cama y me acerque a ella, de pronto note como me dio tres besos muy suaves en la frente a la vez que decía: "Uno, dos y tres". Era como un niño pequeño cuando aprende a contar. 
Pocas, muy pocas personas, somos las que hemos tenido la oportunidad de ser hijos y a la vez los padres de nuestros progenitores. ¡A mí me toco!
Nosotros a medida que pasa el tiempo vamos envejeciendo, en el enfermo de Alzheimer el proceso se produce a la inversa, es un retroceso. A medida que pasa el tiempo, él va siendo más joven.
Como dije al principio, no soy docto en la materia, pero podría asegurar que el retroceso es tal, que el enfermo de Alzheimer vuelve con la muerte a nacer. Es decir, llega a convertirse en un recién nacido en sus últimos días de existencia. 
Mi madre ha permanecido en cama durante todo el tiempo por otros problemas de salud, la circulación de sus piernas no era buena. Su cuerpo se acostumbro a la cama y allí tenia que cuidarla. Cambio totalmente sus horarios, como un bebé esperaba su baño, su comida y esperaba a que yo me acostara para decirme: "A rezar”. Todas las noches lo hacíamos. Como una niña pequeña me seguía y me daba su mano. Mano que era un suave terciopelo..
Nuestras vidas se habían unido más que nunca. Ella me necesitaba a mí y lo más importante, es que yo la necesitaba a ella. A mi madre. Y le preguntaba: ¿Estás aquí mamá? ¿Volverás algún día? ¿Te darás cuenta que no estás sola?
 
  Un poco tiempo después tuve respuesta a todas mis preguntas..